jueves, 9 de septiembre de 2010

Deber de secreto del ex administrador e incumplimiento potencial

Uno de los culebrones empresariales que más atención ha concitado en estos últimos meses ha sido la destitución del primer ejecutivo de Hewlett Packard (HP), Mark Hurd. A pesar de estar desarrollando una gestión que merecía un general reconocimiento, un episodio de supuesto acoso sexual y la posterior investigación de algunos actos del mencionado directivo, terminaron con la “invitación” a abandonar la compañía. Hace pocos días, otra gran empresa tecnológica, Oracle, anunciaba la incorporación de Hurd como nuevo consejero, lo que ha provocado el inicio de un litigio que enlaza con un problema habitual en este tipo de situaciones: la exigibilidad de determinados deberes a un ex administrador. En este caso, el deber que se alega que pudiera haberse vulnerado es el del secreto, que como es conocido reconoce nuestra legislación (art. 232 LSC).


De acuerdo con la información facilitada por The Wall Street Journal, HP presentó de manera inmediata una demanda ante un Tribunal californiano, orientada a bloquear la incorporación de su ex administrador en la nueva empresa. No se discute que la contratación implicara una actividad concurrente de Hurd con su antigua empresa. No ya porque es difícil suponer que en su nuevo puesto no se planteen situaciones concurrentes con HP, sino porque las cláusulas de no competencia no suelen ser convalidadas por los Tribunales de ese Estado:

“H-P's suit focuses on a confidentiality agreement, which restricts Mr. Hurd from disclosing sensitive information about his former employer.

Mr. Hurd's exit agreement didn't include a non compete clause, which is hard to enforce in California state courts.

In California, it is difficult for a company to successfully sue a former employee who leaves for a competitor. But chances are better the higher in an organization an employee is, said Steven Zieff, an attorney at Rudy, Exelrod, Zieff & Lowe LLP”.


El fundamento de la demanda presentada por HP es la vigencia del deber de secreto. Al parecer, Hurd negoció su salida con HP a través de un acuerdo que incluía un compromiso de confidencialidad. Ese compromiso no se ha roto, pero HP alega que la incorporación de Hurd a su nuevo puesto en Oracle conllevará necesariamente la infracción de ese deber de confidencialidad, en lo que se describe como la “inevitable revelación” de secretos. Pero como recoge el Law Blog del mismo diario, parece difícil que una hipótesis de infracción sea suficiente para la estimación de la demanda:

“H-P’s seems to be relying on the doctrine of inevitable disclosure. In other words, Hurd’s taking a job at Oracle would almost certainly lead him to breach his former company’s trade secrets.

According to the Recorder story, California courts have rejected the inevitable disclosure doctrine. Writes Miller: “To have a stronger case, HP will have to prove that Hurd actually did something wrong and revealed trade secrets, not just allege that he might”. Added Tyler Paetkau, an employment law partner at Hartnett, Smith & Associates in Redwood City, Calif.: “There has to be some kind of smoking-gun evidence.”

Without that evidence, it’s not likely the court will grant an injunction to stop Hurd from working at Oracle, said David Burtt, an employment law partner at Ongaro Burtt & Louderback in San Francisco".

Madrid, 9 de septiembre de 2010