La situación de la normativa aplicable a las cajas de ahorro españolas me obliga a comenzar diciendo que vivo desde hace algunas semanas en una notable perplejidad. No entiendo qué sucede ni comprendo los bandazos que está dando el Gobierno al respecto. Es conocido que tras la reforma radical que para el estatuto de las cajas supuso el Real Decreto Ley 11/2010, el pasado 24 de enero de 2011 la Vicepresidenta económica anunció el denominado Plan de Reforzamiento del Sector Financiero que, como consecuencia principal, va a conllevar la necesaria transformación de muchas cajas en bancos privados.
Hay opiniones muy diversas a favor y en contra de esa solución y sobre ella cabe una reflexión detenida sin prejuicios. Lo que no puede dejar de denunciarse es que se someta a la mitad del sistema financiero español a una suerte de ducha escocesa legislativa, más aun cuando durante los últimos meses las entidades han venido atendiendo los requerimientos para que antes del fin del ejercicio del 2010 se hubieran adoptado los cambios fundamentales derivados del Real Decreto-ley 11/2010. Ahora parece que esos cambios no han surtido efecto o que el problema es más grave de lo que pudiera pensarse y que, en consecuencia, impulsa un cambio de criterio. De manera que erré al considerar, en una cercana entrada, que 2010 había sido el annushorribilis de las cajas. El inicio de 2011 también desearán olvidarlo esas entidades.
La prudencia recomienda esperar a ver en qué disposiciones se traduce el anuncio de la Vicepresidenta económica de un nuevo proceso. Ese propósito no deja de verse afectado ante la falta de noticias en el Consejo de Ministros del pasado 4 de febrero de 2011. Si se van a dictar nuevas reglas que van a afectar en los términos previstos a las cajas, conviene que se conozcan cuanto antes. Mientras eso no suceda, las cajas seguirán protagonizando multitud de páginas, artículos y columnas en las que se duda sobre su situación y su futuro. Eso perjudica al conjunto de nuestro sistema financiero y a nuestra Economía.
Entre tanto, a esperar la nueva regulación que algunas informaciones anuncian para el próximo viernes. Comparto el editorial de Expansión “Contrarreloj en la reestructuración financiera”:
“Pero, independientemente de las reglas de juego para competir en el sector, que deberán ir puliéndose a medida que se digiera la inevitable consolidación, lo que necesitan las cajas ahora mismo es claridad a muy corto plazo.
En pocos días tendrán en sus manos las nuevas reglas para la recapitalización del sector, que van a poner a más de una entidad contra las cuerdas. Pese a que la ministra Salgado adelantó hace unas semanas los cambios que se avecinan, quedan por conocerse aspectos esenciales como qué fórmula se aplicará para conformar el core capital y con qué tiempo contarán las entidades para buscar capital. Aspectos clave si se tiene en cuenta que las cajas tendrán que captar unos 20.000 millones de capital en poco tiempo y en unos mercados donde los inversores miran con lupa a las entidades, duramente golpeadas por la crisis inmobiliaria.
Del éxito de estas operaciones depende la supervivencia de estas entidades, así como la salud del sector y la percepción de España fuera de nuestras fronteras. El tiempo apremia y si se cumplen los plazos, en poco más de un año la centenaria estructura de las cajas de ahorros habrá dado un vuelco”.
Madrid, 7 de febrero de 2011