viernes, 4 de febrero de 2011

Otra reflexión sobre el futuro de la empresa ante la enfermedad del gestor


Vuelvo sobre el caso Apple/Jobs entrada y las reflexiones que fomenta la identificación tan estrecha entre un ejecutivo y una empresa ante la enfermedad del primero. Lo hago para recomendar la lectura del reportaje que publica en El País David Fernández con el título El mejor líder es el que se sabe prescindible, en el que se abordan distintos casos de sucesiones en la dirección de grandes corporaciones. Llamo la atención sobre el cuadro final, que refleja puntos de vista contrapuestos acerca de los deberes informativos de una sociedad cotizada con  respecto al estado de salud de su principal responsable. Ciertamente, en casos como el de Jobs puede alegarse que la enfermedad termina convirtiéndose en un hecho financiero relevante, pero concretar el alcance de esa información y conciliar el cumplimiento de ese deber con la intromisión en la intimidad personal del directivo afectado no es sencillo. Ni para la empresa, ni para el afectado ni, finalmente, para el supervisor del mercado de valores correspondiente.

Madrid, 4 de febrero de 2011