Buscar este blog

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Empresa familiar = empresa conflictiva


En su edición del pasado sábado 3 de diciembre (pp. 6 y 7), Expansión publicaba un interesante artículo titulado “Poder y Conflicto en Sagas Familiares”, que parte de un caso concreto y reciente pero que se utiliza para recapitular los distintos enfrentamientos que se han vivido en los últimos años en distintas y relevantes empresas familiares españolas. La información detalla la naturaleza del conflicto que se ha ido produciendo en cada una de ellas y que, en algunas, continúa abierto.


Es una información que invita a reflexionar sobre el problema de la empresa familiar o, quizás fuera más exacto, sobre la empresa familiar como problema. Muchas de las empresas familiares son modélicas. Evidencian el compromiso de varias generaciones de una misma familia por seguir creando riqueza. Ante esa realidad, no faltarán observadores que vaticinen que la paz de hoy, tarde o temprano desembocará en problemas futuros. ¿Cuál es el fundamento de ese pronóstico agorero? La realidad. Ésta demuestra que incluso empresas familiares de notable dimensión, en las que se han redactado y aprobado los más detallados y exhaustivos protocolos familiares, donde se han producido medidas de planificación en cuanto a la sucesión en la gestión, o de atribución de determinados activos a miembros o ramas familiares o, incluso, que establecen una organización que busca facilitar la participación de la familia en la marcha de la empresa sin interferir en su gestión, en todas esas empresas, termina estallando el conflicto. Lo hace en forma de procedimientos judiciales relevantes o en otro tipo de episodios más o menos llamativos, propios de que una familia deje de ventilar sus diferencias en discretos  salones y pase a hacerlo en medios de comunicación y Juzgados.

La fundamental razón de esa conflictividad singular de las empresas familiares la describe acertadamente el Profesor del IESE Josep Tapies, que cita Expansión: “las tensiones que aparecen entre personas de la familia son más difícil de resolver porque entran en juego las emociones”.

Son emociones que tienen en algunos casos los fundamentos más ridículos, pero que sacan a la superficie el resentimiento, la discrepancia, el descontento o los celos que se han ido acumulando durante años. Al fin y al cabo la empresa es familiar porque recoge todo lo que ha sido la historia de la familia y la familia la integran personas. Con lo bueno y con lo malo de cada uno de nosotros.

Madrid, 14 de diciembre de 2011