A la figura de los delatores o
whistleblowers he dedicado distintas entradas por la trascendencia que
han ganado en los últimos años como instrumento esencial a la hora de detectar
comportamientos irregulares en el seno de grandes empresas y poder prevenir o
sancionar esas conductas.
Como recogí en una no muy
lejana entrada,
la Securities and Exchange Commission
(SEC) ha puesto en marcha todo un programa de comunicación y de seguimiento de
los delatores y lo que hoy traigo a colación en relación con ello es lo que
cabe calificar como la cara real de ese programa, es decir, la concreción en
una llamativa multitud de personas del protagonismo en ese programa que
incentiva la denuncia “desde dentro”.
Un interesante artículo publicado en The
Wall Street Journal hace unos días ilustraba que hasta ahora han sido nada
menos que 6.500 las personas que se han acogido a ese programa y han ofrecido
información sobre comportamientos empresariales. Es llamativo el distinto
perfil de los comunicantes y también el variado resultado de las informaciones
recibidas.