El cambio de año es una buena
ocasión para introducir cambios. Por cierto, ¡Feliz 2014 a todos los lectores!
Hablaba de cambios en este blog que ha sido una aventura muy satisfactoria a lo
largo de estos casi cinco años. Pero …
Empiezo a no poder atender el
blog con la regularidad habitual y me veo obligado a advertir que las entradas
van a ser en el futuro más espaciadas. Emulando –más o menos- al genial Pepe
Isbert, como “bloguero” responsable
debo a los lectores una explicación y como –creo- que la tengo, la voy a dar.
Mejor dicho tengo dos.
La primera es la auténtica: son
varios los compromisos editoriales que asumí y que aunque sea con ligero
retraso, debo cumplir. Redactar una entrada no supone necesariamente mucho
tiempo, pero redactar muchas sí y estar pendiente de la actualidad susceptible
de ser trasladada al blog más. En los cinco años durante los que vengo
elaborando este blog, las cosas han cambiado una barbaridad, tópico que en esta
ocasión sirve para llamar la atención sobre el incesante aumento de los
materiales que internet ofrece a diario y que el observador jurídico recibe
como un incentivo para la reflexión y la comunicación, que son las fuerzas
impulsoras de cualquier blog. Tratar de aprehender ese caudal permanente de
información y opinión y reconducirlo de alguna manera en esta página virtual
reclama una atención que en este momento no estoy en condiciones de dispensar.
Por ello, como los corredores afectados por un traicionero ataque de flato,
tengo que adecuar el ritmo a mis menguadas fuerzas para seguir en carrera. La
carrera consiste en mantener la ilusión para seguir compartiendo ideas y
opiniones con quienes siguen este blog. En principio, preveo colgar un par de
entradas al mes con una mayor carga de opinión sobre temas de actualidad.
Espero ser capaz de lograr que una menor cantidad no esté reñida con una igual
o mayor calidad.
Mi segunda razón es, en
realidad, una justificación o coartada. Mis decisiones se basan en los éxitos
ajenos. Los lectores de blawgs van a
notar poco el tránsito hacia esta nueva etapa. Abrir y mantener un blog es un
ejercicio de libertad en un ámbito como internet que la fomenta como pocos. De
la proliferación de blogs jurídicos di noticia en alguna entrada
lejana, hasta que advertí que era algo tan obvio que no justificaba seguir
haciéndolo. Hay muchos blogs, hay rankings y clasificaciones de ellos y cabe
temer que empiecen a faltar lectores. Pues bien, afortunadamente, en ese
proceso han proliferado los blogueros mercantilistas. Vaya desde aquí mi
reconocimiento a todos ellos. Mi recomendación es permanente a través del blogroll de aquí a la derecha, que creo
que debo adaptar para incluir alguna referencia adicional.
El Derecho mercantil en
internet cuenta con una oferta formidable y admirable. El Profesor Jesús Alfaro
merece ser destacado. Fue pionero y mantiene ese liderazgo desde su completo y
sugerente blog. Después han llegado otros colegas, cuyos blogs suponen un aire
fresco para el seguimiento de la actualidad jurídica, a la vez que ilustran
visiones diversas de la realidad mercantil.
Junto a ellos, blogs de
contenidos más generales como ¿Hay Derecho? constituyen una magnífica oferta
virtual que el lector interesado (y con tiempo) estoy seguro que agradece como
hago yo cada día al abrir el ordenador. Es una satisfacción que nuestra
Facultad cuente con otros colegas que mantienen sus respectivos blogs.
En fin, que a partir de ahora,
verán que el ritmo de este blog se relaja. Se incrementa, sin embargo, mi
agradecimiento a sus lectores pasados,
presentes y futuros. Escribo el blog como un ejercicio de libertad y opinión y
me sigue sorprendiendo tanto como el primer día comprobar que es una
experiencia que se comparte con un considerable número de seguidores.
Por supuesto, mi agradecimiento
renovado a todas las personas que me animaron a esta aventura y a quienes me
han ayudado y ayudan a llevarla a cabo.
Madrid, 7 de enero de 2013