La crisis financiera obliga a que nos preguntemos no sólo lo que sucede, sino cuáles han sido las causas de tan gravísima situación. La complejidad del problema lleva a aproximarse con prudencia a la investigación sobre su origen, intuyendo que el origen de la crisis radica en una pluralidad de motivos y su confluencia. No dejan de producirse declaraciones llamativas por su simpleza, al ser capaces de reducir la raíz de la crisis a una única causa (hipotecas subprime, bonus, política monetaria, etc.). Frente a ellas, satisface encontrar iniciativas serias a la hora de analizar todas las variantes del problema. La crisis obliga a plantearse qué falló en la regulación de entidades y mercados, tanto en la legislación, como en su supervisión.
Es lo que ha quedado plasmado en la página 81 y siguientes del número 1 (2009) de EUREDIA (Revue européenne de Droit bancaire & financier) que se plantea la pregunta que tituló el Coloquio promovido por la Association Européenne de Droit Bancaire & Financier (AEDBF) y que se celebró en Mónaco el 28 de noviembre de 2008: “Les crises bancaires et financieère. Une question de régulation? La régulation en question?”. Preguntas sugerentes y que encuentran respuestas en las páginas que siguen.
He leído la conclusión redactada por Jean-Pierre Mattout, que expone la síntesis de los motivos que provocaron la situación ante la que nos encontramos. Una lectura recomendable.
Madrid, 9 de septiembre de 2009