Unas notas breves de actualidad sobre lo que parece ser una relevante Sentencia del Tribunal Supremo estadounidense que se hizo pública ayer, mereciendo de inmediato una destacada atención informativa y dando paso a una polémica que inauguró el propio Presidente Obama criticando la decisión, alcanzada por una mayoría de 5 a 4. En el caso Citizens United v Federal Election Commission el Tribunal Supremo resolvió que tanto las sociedades como los sindicatos pueden implicarse financieramente en campañas políticas y candidatos, ya sea a favor o en contra. El fallo entiende que las sociedades también disfrutan de la libertad de expresión y que ésta se veía constreñida de manera inconstitucional por los límites legislativos a la implicación de las sociedades en campañas políticas. De manera que desaparecen esos límites cuantitativos hasta ahora en vigor.
La lectura de la propia Sentencia y las distintas opiniones (concurrentes o discrepantes) de distintos Magistrados ofrece un material muy interesante para el estudio del caso y de la legislación americana. Para quien prefiera limitarse a analizar la información inicial, remito a las interesantes crónicas y opiniones acogidas en sus ediciones de ayer y hoy de The Washington Post, The New York Times o The Wall Street Journal y que evidencian la división de opiniones con la que demócratas (en contra) y republicanos (a favor), han acogido la decisión. Existe unanimidad, sin embargo, en que se está ante un cambio sustancial de las reglas, llamado a favorecer la actuación de los grupos de influencia y de lo que se describe como corporate politicking. También ilustran de la trascendencia del asunto (y de sus origenes vinculados con la oposición a la campaña presidencial de la ex Senadora y hoy Secretaria de Estado, Hillary Clinton), las noticias publicadas hoy en El País y El Mundo.
Junto a la vertiente constitucional, no han pasado desapercibidas en las primeras reacciones las referencias de la Sentencia a los fundamentos del Derecho de Sociedades estadounidense. Recomiendo las varias entradas que incluye en su siempre interesante blog el Profesor Stephen Bainbridge, así como el análisis que realiza Ashby Jones en The Law Blog, donde llama la atención sobre el papel de los accionistas a la hora de respaldar o criticar la participación de la sociedad en contra o a favor de un determinado candidato o proyecto.
Madrid, 22 de enero de 2010
La lectura de la propia Sentencia y las distintas opiniones (concurrentes o discrepantes) de distintos Magistrados ofrece un material muy interesante para el estudio del caso y de la legislación americana. Para quien prefiera limitarse a analizar la información inicial, remito a las interesantes crónicas y opiniones acogidas en sus ediciones de ayer y hoy de The Washington Post, The New York Times o The Wall Street Journal y que evidencian la división de opiniones con la que demócratas (en contra) y republicanos (a favor), han acogido la decisión. Existe unanimidad, sin embargo, en que se está ante un cambio sustancial de las reglas, llamado a favorecer la actuación de los grupos de influencia y de lo que se describe como corporate politicking. También ilustran de la trascendencia del asunto (y de sus origenes vinculados con la oposición a la campaña presidencial de la ex Senadora y hoy Secretaria de Estado, Hillary Clinton), las noticias publicadas hoy en El País y El Mundo.
Junto a la vertiente constitucional, no han pasado desapercibidas en las primeras reacciones las referencias de la Sentencia a los fundamentos del Derecho de Sociedades estadounidense. Recomiendo las varias entradas que incluye en su siempre interesante blog el Profesor Stephen Bainbridge, así como el análisis que realiza Ashby Jones en The Law Blog, donde llama la atención sobre el papel de los accionistas a la hora de respaldar o criticar la participación de la sociedad en contra o a favor de un determinado candidato o proyecto.
Madrid, 22 de enero de 2010