En alguna ocasión he señalado que el arbitraje es un cruce de caminos. Es un ámbito en el que el árbitro o el abogado se ven obligados a abandonar muchas veces su especialización y a desplegar su atención hacia aspectos variados del problema que se plantea y que toca resolver. Así, el mercantilista se ve obligado a cuidar los aspectos procesales y a tener presente el régimen jurídico internacional allí donde tal característica tiene el procedimiento por las partes implicadas, por el Derecho aplicable, por la sede o institución arbitral que lo acoge, etc.
El pasado miércoles tuve la suerte de verme situado en ese cruce de caminos como Presidente del Tribunal que juzgó la Tesis Doctoral presentada por el abogado Gonzalo Stampa Casas bajo el título Discovery arbitral. Alcance de una institución de Common Law en el arbitraje comercial internacional, dirigida por el Profesor José Carlos Fernández Rozas y elaborada en el seno del Departamento de Derecho Internacional Público y Privado de nuestra Facultad. Fue una grata experiencia. En primer lugar por la entidad del Doctorando, hijo de uno de los grandes penalistas españoles y del extraordinario abogado que fue el Profesor José María Stampa Braun. En segundo lugar porque compartí la pertenencia al Tribunal con compañeros pertenecientes a otras disciplinas, cuyas observaciones me permitieron contrastar la complejidad del tema debatido desde distintas perspectivas. Las observaciones que realizaron los Profesores Elena Artuch Iriberri y Sixto Sánchez Lorenzo, desde la perspectiva del Derecho internacional, el Profesor Faustino Cordón Moreno como ilustre procesalista o el Profesor Bernardo Cremades, una de las figuras más destacadas del arbitraje en España, hicieron visible esa idea del procedimiento arbitral como un marco complejo.
Una segunda reflexión hace referencia a que el nuevo Doctor provenga del ejercicio de la abogacía. Ni es el primero, ni será el último caso de una situación que, por fortuna, se repite con regularidad. Siempre es admirable que quienes han alcanzado éxito profesional fuera de la Universidad, se animen a regresar a ella y a someterse al esfuerzo de preparar y defender una tesis doctoral. Es probable que sea precisamente la experiencia profesional previa a la elaboración de la tesis la que aporte a la autoridad la seguridad que da el conocimiento de aquello sobre lo que se escribe y que, a su vez, permite distinguir correctamente los problemas sustanciales de los que no lo son. En ocasiones como en ésta me veo obligado a destacar el error frecuente en el que incurren –en la Universidad y fuera de ella- quienes se empeñan en distinguir entre juristas “teóricos” y “prácticos”. La distinción relevante es la que diferencia entre buenos y malos juristas. La Abogacía española tiene figuras destacadas en muchos Profesores universitarios. A su vez, quien desarrolla con acierto su actividad profesional como Abogado o como Magistrado, entre otros ejemplos, termina realizando un buen trabajo de investigación, como sucedió con la Tesis de Gonzalo Stampa.
Madrid, 14 de mayo de 2010
Una segunda reflexión hace referencia a que el nuevo Doctor provenga del ejercicio de la abogacía. Ni es el primero, ni será el último caso de una situación que, por fortuna, se repite con regularidad. Siempre es admirable que quienes han alcanzado éxito profesional fuera de la Universidad, se animen a regresar a ella y a someterse al esfuerzo de preparar y defender una tesis doctoral. Es probable que sea precisamente la experiencia profesional previa a la elaboración de la tesis la que aporte a la autoridad la seguridad que da el conocimiento de aquello sobre lo que se escribe y que, a su vez, permite distinguir correctamente los problemas sustanciales de los que no lo son. En ocasiones como en ésta me veo obligado a destacar el error frecuente en el que incurren –en la Universidad y fuera de ella- quienes se empeñan en distinguir entre juristas “teóricos” y “prácticos”. La distinción relevante es la que diferencia entre buenos y malos juristas. La Abogacía española tiene figuras destacadas en muchos Profesores universitarios. A su vez, quien desarrolla con acierto su actividad profesional como Abogado o como Magistrado, entre otros ejemplos, termina realizando un buen trabajo de investigación, como sucedió con la Tesis de Gonzalo Stampa.
Madrid, 14 de mayo de 2010