Como
entiendo que es uno de los motivos que pueden hacer más atractivo el estudio
del Derecho mercantil, suelo insistir ante los alumnos en la circunstancia de
que la realidad cotidiana ofrece ejemplos constantes y cercanos de la
aplicación de las normas que tienen que estudiar. Más aún cuando el escenario
para observar esos episodios mercantiles presenta ya un alcance universal y da
lugar a que algunas situaciones se conviertan en el contenido de obras de
ficción. Es lo que sucede con tantas películas sobre Wall Street, en las que la
vida de las grandes corporaciones y su control a través de los mercados de
valores son el trasfondo de historias de mayor o menor éxito.
En
una reciente entrada,
el Profesor Jesús Alfaro analiza la existencia en las grandes sociedades de
distintas clases de accionistas y se detiene en los llamados accionistas
activistas, citando al que cabe considerar como su adalid: Carl Icahn. Es un
protagonista de los mercados estadounidenses desde hace décadas y como reflejo
de su actualidad y de esa relación que hay entre lo que sucede en la realidad y
lo que enseñamos en las aulas, recomiendo la lectura del más que interesante
reportaje elaborado por Carlos M. Sánchez y que publicó este fin de semana en
el suplemento XLSemanal bajo el título “El
auténtico lobo de Wall Street (aunque no lo parezca)” que ilustra las
principales aventuras del citado inversor.
Madrid,
24 de febrero de 2014