Tuve conocimiento ayer
de una noticia muy triste: el fallecimiento de Sara Aragoneses Martínez, buena
amiga y compañera complutense, perteneciente al Departamento de Derecho
procesal, desde cuya web la recordaba el Profesor Andrés de la Oliva con unas
palabras que titulaba “Se
nos ha ido Sara”.
Coincidí con Sara
en los inicios de nuestras carreras profesionales, en un mismo despacho en el
que compatibilizábamos el ejercicio de la Abogacía con la culminación de los
primeros trabajos académicos. Recuerdo a Sara trabajando de forma callada y
constante en la que fue su tesis doctoral. Compartíamos el despacho con su
padre, Pedro Aragoneses, uno de los grandes procesalistas españoles y uno de
los mejores abogados que he conocido.
Tan pronto como se
doctoró, Sara decidió dedicarse de forma exclusiva a la que siempre había sido
su gran vocación, la docencia en nuestra Facultad. Año tras año fue
consolidando su prestigio a través de múltiples publicaciones y otras
actividades investigadoras, al tiempo que se convirtió en una de las Profesoras
más queridas por los alumnos.
Cuando apareció su
enfermedad, la afrontó con la entereza y discreción que ha mantenido durante
años. Los encuentros en la Facultad se fueron espaciando, a salvo de algún
encuentro ocasional. Desde que supe de su fallecimiento, me acompaña el
sentimiento de que Sara se ha ido muy pronto.
Sara estaba casada
con Rafael Hinojosa, también colega complutense y excepcional persona. Desde
aquí, querido Rafa, te reitero mi sentimiento de pésame y te mando un abrazo
muy fuerte.
Madrid, 28 de
febrero de 2014