Informaba
en fecha reciente una newsletter de Thomson Reuters sobre las principales
estadísticas difundidas por el Consejo General del Poder Judicial. De entre
éstas merece un comentario breve el descenso durante el segundo trimestre de
2014 del número de concursos presentados (entiendo que se computan los
declarados). En ese periodo se ha registrado nada menos que un 28,3% que en el
mismo periodo del año anterior.
Es
llamativo el número relativamente importante de concursos sin masa o, si se
prefiere, con una masa activa insuficiente. En el citado periodo, 296 concursos
fueron declarados concluidos al amparo de la posibilidad que permite el
artículo 176 bis de la Ley Concursal (LC) que se incorporó por la Ley 38/2011.
De entre los datos facilitados también es destacable que en 401 concursos se
llegó a la fase de convenio, mientras que la fase de liquidación se inició en
1.425 concursos. Este último registro supone un notable descenso (un 19,2%
menos) con respecto al segundo trimestre de 2013, aunque persiste el fiasco del
propósito normativo de convertir al convenio en la resolución normal del
concurso.
Pudiera
pensarse que el descenso en el número de concursos refleja de alguna manera la
evolución de la situación económica y que así como el muy elevado número de
concursos se equipara a tiempos de penuria, su disminución anuncia una relativa
bonanza. No estoy seguro del acierto al establecer esa relación, puesto que en
el mismo periodo han crecido otros procedimientos que reflejan también la actual
coyuntura económica, como sucede con las ejecuciones hipotecarias y
lanzamientos que, siempre de acuerdo con la estadística publicada, han crecido
en el repetido segundo trimestre de 2014. Crecimiento de ejecuciones
hipotecarias que alcanzó el 4,2%, por un 3,7% de los lanzamientos.
Madrid,
24 de octubre de 2014