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jueves, 2 de octubre de 2014

“Banca en la sombra”



Como tengo la fortuna de participar mañana en la Jornada que se celebra en Valencia sobre la “banca en la sombra”, organizada por el Departamento de Derecho Mercantil Manuel Broseta Pont de la Universidad de Valencia y ASNOFI y que dirige el Profesor Rafael Marimón, me parece oportuno compartir algunas menciones al respecto. Vaya por delante que creo que esa expresión no es afortunada pues resulta cuestionable regular o fomentar un sistema financiero al que se sitúa desde su propia denominación “en el lado oscuro”. Una de las características que todo sistema financiero debe cumplir es el de su transparencia y parece paradójico que se exija o que se proclame con respecto a un sistema financiero del que se dice que “está en la sombra”. El problema terminológico se pretende superar con la  resignación de que  no hay otro nombre alternativo y, sobre todo, recurriendo al inglés. 


El shadow banking está concentrando desde hace años un relevante esfuerzo de las autoridades nacionales para someterlo a una disciplina regulatoria acorde con su dimensión y con su creciente importancia. Se parte de la conveniencia de que las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, cuenten con una vía alternativa a la bancaria para su financiación, sobre todo cuando la concesión de créditos por parte de las entidades bancarias se ha visto reducida de manera muy sensible. Algunas noticias se hacen eco de una iniciativa legislativa destinada a regular esta modalidad de financiación (se habla de una futura ley de fomento de la financiación empresarial), como hacía El País hace unos días.

Legislar esta modalidad financiera no es tarea sencilla por varias razones. Apuntaré las que en una aproximación superficial me parecen más evidentes. La primera es que hablamos de una actividad financiera que se traduce en un contenido heterogéneo y que desarrollan sujetos con estatutos igualmente variados, lo que reclama una actuación coordinada de legisladores y supervisores. La segunda, es que la propia dimensión de esa banca en la sombra y su relación con el sistema bancario han llevado a plantear que el shadow banking puede convertirse en un problema sistémico. Hace unos días, se difundió una de las últimas comparecencias del Comisario Michel Barnier, responsable de la regulación financiera europea quien, a modo de legado para sus supervisores alertaba de algunos riesgos o problemas. Citaba en primer lugar el shadow banking:

“There is potential for risk in the expansion of the shadow banking sector. The traditional banking system is now subject to tougher rules. We do not want to have a situation whereby risky activities simply move outside the regulated sector, and systemic risk goes unchecked.

Non-bank intermediaries and market-based finance have a useful role to play in financing the European economy, so it is not our intention to choke all of that off, but we want to ensure that potential dangers are monitored and due safeguards are in place.

A necessary next step would be to make progress on the proposal on regulating money market funds that I put forward last year. And to agree on our proposed rules on the transparency of securities financing transactions.

Madrid, 2 de octubre de 2014