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miércoles, 13 de julio de 2011

Crédito al consumo

Pocos aspectos de la tutela del consumidor tienen tanta trascendencia como la que el ordenamiento proyecta sobre el denominado “crédito al consumo”. La incorporación del ordenamiento europeo ha sido la principal influencia para la evolución de nuestro ordenamiento al respecto. Al igual que la Ley 7/1995, de 23 de marzo, de crédito al consumo, tenía en su origen la incorporación de la Directiva 87/102/CEE, la derogación de ésta y actualización del régimen comunitario por la Directiva 2008/48/CE, de 23 de abril de 2008 ha estado en el origen de la Ley 16/2011, de 24 de junio, de contratos de crédito al consumo (BOE de 25 de junio de 2011), que deroga la Ley 7/1995 y establece ese marco actualizado de protección en un aspecto relevante de la contratación bancaria.

 
En la Ley actual siguen apareciendo cuestiones discutibles, entre las que me limitaré a apuntar la definición limitada de consumidor (sólo serán tales personas físicas), las exclusiones de la aplicación de la Ley con respecto a algunos contratos o los deberes de las entidades prestamistas.

Sin perjuicio del debate que pueda acompañar a esos u otros aspectos del contenido de la nueva Ley 16/2011, parece que la tutela del consumidor de crédito ha alcanzado en Europa un desarrollo pionero, sobre todo si lo ponemos en relación con las reformas que se vienen impulsando en Estados Unidos. Hace más de un año que la Administración Obama viene impulsando la puesta en marcha de una Agencia destinada a proteger los intereses financieros de los consumidores, una idea que la Profesora de la Harvard Law School, Elizabeth Warren venía exponiendo y defendiendo desde hace tiempo. Cuando es inminente el inicio de su actividad por parte del Consumer Financial Protection Bureau, persiste la dificultad en la designación de la Profesora Warren como principal responsable de esa institución. Aunque la hostilidad con la que fue recibida en algunas audiencias parlamentarias parece haber decaído, persisten las posiciones de algunos representantes que amenazan ese nombramiento. Adjunto dos ilustraciones tomadas de The New York Times: la primera, una reciente crónica sobre cómo el nombramiento de Elizabeth Warren se ha convertido en uno de los asuntos más debatidos por el Congreso estadounidense:

“Elizabeth Warren leads the new Consumer Financial Protection Bureau, an agency that she had first proposed and that became a centerpiece of the Wall Street regulatory overhaul passed by Congress in 2010. As acting head, Ms. Warren, a Harvard law professor, effectively runs a new agency without having gone through a potentially contentious confirmation battle in the Senate. The bureau was created to protect consumers against deceptive financial products.

The agency's fate has become one of Washington’s drawn-out passion plays, featuring bankers and finance companies that want to undermine the agency and have villainized Ms. Warren.

After losing their battle to block creation of the bureau, Republicans were fighting the battle again, determined to rein in the independence and financing of the agency. In May 2011, 44 Senate Republicans sent a letter to President Obama saying they “will not support the consideration of any nominee, regardless of party affiliation," to direct the bureau until the agency is restructured.

Ms. Warren, who pushed for the creation of the bureau, has waged a tireless campaign on its behalf. In doing so, she may have helped her own prospects for getting the job. She has talked with community bankers in every state, conferred with about 70 members of Congress, conducted dozens of media interviews and met with more than 1,000 banking, business and consumer representatives. Preparing for the agency’s opening, she supervised the hiring of more than 300 people.

To nervous lenders, her message has been as simple and unadorned as her personal style: a new regulator to protect consumers from abusive financial products does not have to punish banks to do its job.

Only President Obama can decide if Ms. Warren is his choice for director, and for months he has said nothing about it. Mr. Obama has said he has great respect for Ms. Warren and her advocacy for consumers, but he has appeared unwilling to wage a battle with the Senate to actually nominate her to direct the new bureau.

While the rhetoric surrounding the fight has recently focused on its structure, behind the scenes it has been as much about Ms. Warren. Until the bureau has a formal director, it cannot write rules governing consumer finance or begin overseeing previously unregulated agencies like payday lenders”.

En segundo  lugar, también recomiendo la columna de Joe Nocera en la que critica ese hostigamiento hacia Warren: “Blocking Elizabeth Warren”.

El problema fundamental radica, como se explica en el párrafo anteriormente transcrito, en que sin el nombramiento de su director, el nuevo organismo ve limitadas sus funciones.

Madrid, 13 de julio de 2011