Hace no mucho dediqué la última entrada en este asunto a la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acordando la prórroga de la prohibición de las ventas a corto sobre valores representativos del capital de entidades financieras. Como ya apunté en aquella ocasión, la medida adoptada no es pacífica en cuanto a su utilidad. A este respecto, me permito recomendar la lectura del artículo publicado en el suplemento Negocios de El País del domingo 11 de septiembre de 2011 por Piedad Oregui titulado ¿Y cuando vuelvan las ventas en corto?
En la investigación que lleva a cabo y los datos que facilita se pone de manifiesto hasta qué punto las ventas a corto han tenido una eficacia discutida. En especial, porque como expone la información mencionada, la situación varía de un acuerdo a otro:
“Si las ventas a corto son o no, al menos en parte, las responsables de las caídas bursátiles de los últimos meses también genera discrepancias. Tal y como recoge Fidelity en su artículo, "las pruebas disponibles sugieren que los esfuerzos de las autoridades por reducir las ventas a corto podrían resultar ineficaces e, incluso, contraproducentes". Esta gestora pone como ejemplo que durante las restricciones temporales a las ventas a corto en Reino Unido en 2008, algunos de estos valores siguieron estando sometidos a una gran presión; así, RBS, Lloyds y Barclays cayeron un 78%, un 59% y un 66%, respectivamente.
Quienes analizan la evolución de los valores financieros españoles (ver cuadro adjunto) en estas últimas semanas tienen una opinión distinta y usan otros ejemplos: BBVA cayó del 7 de julio al 10 de agosto más de un 19%; tras la prohibición, su recorte ha sido del 6.65%. Los datos para el Banco Santander son muy similares. Para el Banco Popular, aún más positivos: de un recorte del 11,3% a una revalorización del 4%”.
Madrid, 13 de septiembre de 2011