Como una aportación más al debate en curso sobre la reforma de la auditoría de cuentas que impulsa la Unión Europea y de la que me ocupé en una reciente entrada, cito el reportaje de Gabriele Cagliani, “Ránking de auditoría en 2011. Los resultados de la cuatro grandes. Deloitte, PwC, E&Y y KPMG salvan el año por el negocio legal y de consultoría” que aparecía publicado en la edición impresa de Expansión el pasado 26 de marzo (p. 3), en el que se recogía la importancia que para las cuentas de las grandes firmas de auditoría habían alcanzado los que denomina servicios “atípicos”, o actividades “non audit”. La posibilidad de que las firmas auditoras presten esos servicios ha sido objeto de reiterada discusión y de diversas iniciativas normativas, sin que deje de estar rodeada de un cierto aire polémico que es deseable que la presente reforma despeje de manera definitiva.
Igualmente, dentro de la sección “La Llave”, bajo el título "Atípicos, el motor de la auditoras”, la información de Expansión se refiere al mercado español –probablemente con cifras similares a las que puedan obtenerse en otros Estados europeos-. Transcribo su contenido, expresivo de la situación:
“Las grandes auditoras sacan rédito a su diversificación. Lo que en época de bonanza se veía como un complemento al negocio nuclear –la revisión de cuentas– ha terminado convirtiéndose, por mor de una crisis que ya se alarga cinco años, en la principal fuerza motriz de sus resultados corporativos.
Por segundo año consecutivo, Deloitte, PwC, Ernst & Young y KPMG han visto como en 2011 sus departamentos legales (incluyendo la pata fiscal) y de consultoría disparaban su facturación un 6,14% y un 5,92%, algo menos que el crecimiento de estas mismas áreas en 2010 pero muy por encima del incremento de los ingresos por auditoría, que fue del 1,06% para el conjunto de estas cuatro firmas. El lunar lo representaron durante el año pasado los servicios de asesoramiento financiero, cuyo negocio se desplomó casi un 6%”.
Madrid, 11 de abril de 2012
