He
encontrado en la edición de ayer de Expansión una noticia que sirve como
complemento de la entrada que publique bajo el título “Examinando
a los Abogados”, en la que terminaba con alguna cuestión sobre el descenso
del número de estudiantes de Derecho y el de los potenciales abogados. El
diario económico dedicaba su atención al trabajo elaborado por Juan S.
Mora-Sanguinetti y Nuno Garoupa, “Litigation
in Spain 2001-2010: exploring the market for legal services”, (Documento de
Trabajo nº 1505. Banco de España 2015,
26 páginas), que puede consultarse en la web de la entidad.
La
conclusión del trabajo la transcribo. Destaca que un mayor número de abogados
está asociado a un mayor número de litigios:
“We have documented that, as happens across countries,
there is a positive relationship between the number of lawyers per capita and
litigation rates across Spanish provinces during the period 2001-2010, so
that an increase of one percent increase in the number of lawyers per capita is
associated to an increase in litigation rates of around 1.4 percent. This
result holds either when we analyze the association using OLS estimates or when
we use an instrumental variable (IV) approach (being the instruments two
variables that capture the previous presence of law schools in Spain in 1845
and 1968). This association may have multiple sources and should not, in
principle, to be interpreted as a casual relationship.
The IV results suggest that there could be some
supply-pushed litigation and that a moderation in the number of additional
legal conflicts might require either some restrictions to the judicial
resolution of conflicts or a rise of its costs, among other measures. These results
could also be informative for a (preliminary and partial) evaluation of two
policy measures adopted recently in Spain: the reform of 2006, effective in
2011, concerning legal education, and the "Law of Court Fees"
approved in November 2012, which somehow created disincentives to bring
conflicts to the court system. Our results support the hypothesis that the
reduction in litigation observed recently in Spain (a 9.2% reduction in the
number of cases filed in the civil courts in 2013 with respect to 2012) may
be, to some extent, a consequence of these reforms”.
De
esas conclusiones cabe deducir la posibilidad de que la supresión de las tasas
judiciales vuelva a incentivar un mayor grado de litigación.
En
un plano mucho más simple, no me resisto a compartir mi sorpresa por la
omnipresencia de despachos de abogados en medios de comunicación, cuyos
anuncios copan la prime time. Durante
un atasco “compartí” con el taxista
la oferta radiofónica de tres despachos de abogados que ofertaban sus servicios
en relación con productos financieros varios o con alguna crisis empresarial
notoria. El conductor puso el colofón a esa actividad publicitaria: “¡Estos abogados se están forrando!”.
Ignoro
los resultados de esa actividad promocional. Lo notorio es que asistimos a
nuevas formas de ejercer la abogacía, que probablemente tengan alguna
influencia sobre la litigiosidad que soportan nuestros Tribunales, aun cuando
en algunos casos sea el arbitraje la vía de resolución de las disputas.
Madrid,
26 de marzo de 2015