Otro tema normativo relevante para las
sociedades cotizadas es el que se ocupa de la actuación de los auditores de
cuentas. Como he relatado en anteriores entradas sobre este asunto, las
reformas se suceden: una vez que adaptamos la legislación española, desde las
instituciones europeas se promovía una reforma de gran calado.
La conveniencia de la reforma se
justifica a partir de la adaptación del papel
y función del auditor en la verificación de la información financiera que se exige
a las sociedades cotizadas y que está también en constante evolución. Es en ese
marco en el que la gran reforma se viene debatiendo y, parece, se encuentra
estancada. Remito a la crónica que publicaba el domingo pasado Miguel Ángel
Noceda en Negocios-El País: "El
peso de las auditoras", cuyo párrafo final reproduzco:
“Bernier tenía intención de que la reforma del
reglamento de auditoría, recogida en un green paper en 2010,
estuviera lista en la primavera del próximo año para su primera lectura. Sin
embargo, tal como han ido evolucionando las cosas desde que presentó su
proyecto, parece que ello no sucederá y que se puede extender hasta entrado
2014, lo que supondría coincidir con las elecciones europeas. Barnier no ha
logrado el apoyo del Parlamento y será necesario que se pongan de acuerdo. De
momento, lo que tiene es una batería de 170 enmiendas —tantas como artículos
tenía su reforma— presentadas por el diputado tory
Siiad Karin,
mucho más cercanas a las posiciones de las auditoras”.
Madrid, 17 de octubre de 2012