Supongo que Pedro de Miguel será capaz
de tratar en su blog mucho mejor que yo el asunto del “desafío” de Max Schrems frente Facebook. Me limitaré a recoger la
crónica que publicaba recientemente el Washington
Post sobre la batalla que ha emprendido un estudiante de Derecho austriaco (el
citado Schrems) contra Facebook. El punto de partida lo encontramos en la
experiencia del citado estudiante, preocupado ante la magnitud de la
información que la red social almacenaba sobre su propia vida:
“Schrems contends
that Facebook
collects too much information on its users, keeps it too long and uses it
for purposes that violate European privacy laws. As evidence, he points to the
1,222 pages of data the social media company catalogued on him before he
formally requested his file from Facebook last year”.
Desde entonces Schrems ha puesto en
marcha iniciativas a través de internet, destinadas a conseguir los recursos
necesarios para actuar frente a Facebook, que sirvan para resolver cuál es la
magnitud de la información que Facebook puede almacenar y los límites que debe
respetar con respecto a sus usuarios:
“Yet Schrems and
his small band of supporters are still bridling for a definitive legal showdown
that could lead to sharp new limits on how Facebook and other Internet
companies collect and use the personal information of their users, in Europe
and beyond. At the core of the fight is one of the overarching questions of
our time: Who has rights to the trillions of bits of data users create online
every day?”.
El asunto no sé si terminará en algún
enfrentamiento judicial o si se alcanzará algún acuerdo, pero no cabe duda que
nos sitúa ante los problemas vinculados con el enorme desarrollo de algunas
actividades en internet y lo hace, además, incidiendo de lleno en la estrategia
de Facebook y en los intereses contradictorios que acompañan la información
acumulada sobre sus usuarios:
“The issues
raised by Schrems speak to the dilemma facing the company as it seeks to meet
Wall Street’s demands for greater profitability in the aftermath of a troubled initial stock
offering in May. Advertisers want access to more data for better
targeting of their messages, but users have rebelled when they think Facebook
has gone too far in sharing their information”.
Difícil adivinar cómo acabará la
iniciativa de Schrems.
Madrid, 22 de octubre de 2012