Como todavía está cercana la entrada
que dediqué a la incidencia del concurso de la actividad de clubes y sociedades
deportivas, me encuentro con una noticia relevante que aún permite abundar en
lo que puede ser el debate principal sobre el futuro Derecho concursal para ese
tipo de empresas. Me refiero a lo que podríamos resumir como el debate sobre la
especialidad, es decir, en qué medida el deporte profesional y su desarrollo
por parte de determinadas empresas bajo una u otra forma (sociedades de
capital, asociación, etc.) debe de ser objeto de un tratamiento singular en el
marco de nuestra legislación mercantil y particularmente en la que regula la
insolvencia.
La noticia que motiva esta entrada va
a dar argumentos a los defensores de la especialidad de la solución puesto que
podrá alegarse que no es la regla general que la gestión de una empresa, en
condiciones normales, contemple la posibilidad de intervención por parte de
terceros ¿Quiénes serían los terceros en el caso de las sociedades deportivas
futbolísticas? Por un lado, el Consejo Superior de Deportes y por otro, la Liga
de Fútbol Profesional.
Según relataba la noticia publicada por
Amaya Iríbar en El País con el sugerente titular de “Los
fichajes son para los 'buenos'”, el fútbol español profesional ha acumulado
en estos momentos una deuda de 3500 millones de euros. Una deuda que corre el
riesgo de seguir aumentando en el marco de lo que es la gestión de muchos clubes
deportivos en donde la combinación de la competición y el intento de obtener
los mejores resultados están reñidos con la más elemental y prudente
racionalidad económica. Al gestor de un equipo de fútbol se le perdonará todo
si consigue evitar el descenso o la clasificación para una competición europea.
Los seguidores de ese club no estarán preocupados por el impacto que ese
objetivo pueda tener en la estabilidad financiera y patrimonial de la entidad.
Lo que importa es el presente y del futuro ya se ocuparán otros pensamos
siempre los aficionados.
Lo que viene a decir la noticia que
comento es que esa situación también está llamada a encauzarse. Lo hace sobre
la base de la iniciativa que ya comentaron en nuestra reciente mesa redonda
algunos cualificados ponentes, con respecto a la aprobación de un nuevo reglamento
económico:
“Si en abril el Gobierno impulsaba un protocolo
para que estas entidades disminuyeran su deuda con Hacienda hasta hacerla
desaparecer en 2020, ayer la Liga de Fútbol Profesional (LFP) aprobó un nuevo
reglamento de control económico que impedirá fichar a los clubes que no tengan
saneadas sus cuentas desde la próxima temporada y que implica la revisión
previa de sus presupuestos”.
Es probable que la aplicación de ese reglamento
no vaya a estar exenta de tensiones con los equipos.
Madrid, 7 de febrero de 2013