No
deja de ser interesante el procedimiento regulatorio que viene desarrollándose con respecto
a las agencias de rating. Sobre estas
agencias está confluyendo, además de una novedosa regulación, un conjunto de
iniciativas de distinta inspiración en relación con aspectos principales de su
actividad sin tener como principal acicate ningún escándalo o crisis reciente.
Parece que entre los rastros que dejó la crisis financiera estaba la de
afrontar de una manera decidida y más allá de una reacción de simple
oportunidad la forma de trabajar de estas agencias, que cumplen una función
esencial en los modernos mercados financieros. Una función que, a veces, no es
adecuadamente entendida y que ha llevado a distintas organizaciones
internacionales a proponer reglas y medidas.
Destaca
en este sentido la actividad que viene desarrollando la Organización
Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) a la que me he referido en
alguna ocasión precedente, como en esta entrada
donde hablaba del código de conducta aplicable a las mismas.
En
fecha reciente IOSCO dio un paso más en esta aproximación a la actividad de las
agencias de calificación crediticia, esta vez en relación con lo que llaman
otros productos de las agencias de rating,
tratando de diferenciar esos otros productos de los que podríamos llamar la
calificación crediticia tradicional, es decir, aquella que asigna en los
mercados financieros un determinado rango de solvencia o de cumplimiento a los
valores emitidos por todo tipo de instituciones privadas o públicas. Los otros
productos o servicios que prestan las agencias de rating comprenden un abanico amplísimo de actividades, como indica
un nuevo cuestionario que ha difundido hace algunos días IOSCO y que reproduzco
en inglés:
“‘private ratings’, ‘confidential ratings’, ‘expected
ratings’, ‘indicative ratings’, ‘prospective ratings’, ‘provisional ratings’,
‘preliminary ratings’, ‘one-time ratings’, ‘regional ratings’, ‘national
ratings’, ‘point-intime ratings’, ‘scoring’, ‘credit default swap spreads’,
‘bond indexes’, ‘portfolio assessment tools’, ‘credit assessments’, ‘rating
assessments’, ‘assessments’, ‘fund ratings’, ‘data feeds’ or ‘research’”.
Lo
que caracteriza ese tipo de productos o servicios es su eficacia ilimitada.
IOSCO señala en su segundo cuestionario que algunos participantes del mercado
usan simplemente esos productos como una herramienta de análisis de riesgo o
como un elemento complementario de sus informes crediticios en sentido
estricto. En febrero de 2015 ya se sometió a todas las partes interesadas un
primer cuestionario que ahora ha completado con el segundo del
que doy noticia.
Es
un cuestionario reducido que viene a indicar que el interés principal de IOSCO
está en entender adecuadamente la relevancia que para los operadores de mercado
tienen esos otros productos de calificación crediticia.
Madrid,
20 de julio de 2015