La segunda
referencia al Congreso salmantino la motiva la conferencia de clausura del
profesor Ángel Rojo sobre el estado de nuestro Derecho concursal que tuve la
suerte de escuchar. Suerte en un sentido estricto, porque el Profesor Rojo
expuso con brillantez y precisión una sucesión de problemas, observaciones y
sugerencias sobre nuestra realidad concursal, esto es, sobre los efectos de la
aplicación de nuestra Ley Concursal. De su intervención me limitaré a reseñar
la referencia que hizo al número de concursos.
Como es conocido y
aquí se han facilitado algunos datos, el número de concursos tramitados por
nuestros Juzgados mercantiles ha crecido de una manera notable y sostenida a lo
largo de los años. Pues bien, según señaló el Profesor Rojo, este dato no tiene
la relevancia que suele dársele si se pone en comparación con el número de
concursos iniciados en otros Estados europeos. Citó en particular los casos
alemán y suizo.
El problema no
radica tanto en la estadística inicial, sino en la tramitación de los
procedimientos, que da lugar a múltiples situaciones lejanas de las previsiones
que pudo barajar el legislador y que hacen que los concursos generen una gran
carga de trabajo para los Juzgados y con su dilación impidan cumplir los fines
propios del concurso. Por ello, lo interesante es analizar en qué medida pueden
adoptarse cambios que agilicen el procedimiento. Porque aunque nuestros
Juzgados mercantiles tramiten un número inferior de concursos a los que
corresponden a los correspondientes órganos de otros Estados, la carga de
trabajo que para los primeros se genera es muy superior.
Madrid, 19 de
marzo de 2013