Son varias las noticias que en estas últimas semanas han
devuelto a la retribución de los administradores en sociedades cotizadas a una
especial actualidad. La primera de esas noticias la facilita la evaluación de
los informes de gobierno corporativo y de retribuciones presentados por las
sociedades cotizadas españolas y que permiten analizar en qué medida se observa
una tendencia al alza o a la baja en ese capítulo. Se trata además de una
materia en la que los medios de comunicación españoles se han ido adentrando y
especializando, de forma que en muchas de sus informaciones reproducen los
argumentos clásicos de este problema. Me
refiero al reportaje que el domingo 3 de marzo de 2013 publicaba David
Fernández en el suplemento Negocios
de El País y que titulaba “Finiquitos de oro en plena crisis”. El
argumento de partida es conocido y supone contraponer la evolución de los
salarios de los trabajadores con la retribución percibida en el mismo periodo
por los directivos.
Al respecto señala la citada información:
“La
remuneración por asalariado, por ejemplo, cayó un 3% en el último trimestre del
año. En este periodo se notó el recorte de los
sueldos a los funcionarios, pero es evidente que la pérdida de poder
adquisitivo es un hecho en España.
Esta
tendencia a la baja de las retribuciones, sin embargo, se resiste en un
colectivo de trabajadores privilegiado. La remuneración conjunta de los
consejeros de las compañías del Ibex 35 en 2012 fue de 260,6 millones de euros,
una cifra que supone un incremento del 5,05% con respecto a la obtenida un
año antes”.
Esa comparación no me ha parecido siempre pertinente y
animo a profundizar sobre su acertado o erróneo planteamiento. Con
independencia de ello, la información matiza
que probablemente esa evolución al alza de las retribuciones ha estado
incentivada por razones fiscales en cuanto al tratamiento de determinadas
indemnizaciones en contratos de alta dirección:
“El
incremento del sueldo de los consejeros en un ejercicio en el que los
beneficios del Ibex se desplomaron un 57% se debe sobre todo a las
indemnizaciones que algunas compañías pagaron a sus exdirectivos, en parte por
el temor a un endurecimiento drástico de la fiscalidad de esos finiquitos,
que finalmente no se produjo”.
Al margen de esa coyuntura tributaria, el dato que tiene
más significación es el que cierra el citado reportaje y que pone de manifiesto
cómo la retribución de los administradores va aumentando en algunas sociedades
con respecto al beneficio registrado en el ejercicio:
“La
caída de los beneficios ha provocado que las políticas de austeridad de algunas
empresas queden un poco mitigadas, puesto que el peso de los sueldos en los
beneficios de muchas de ellas cada vez es mayor. En Abengoa, por ejemplo,
la retribución del consejo representa el 11,1% de las ganancias de la compañía
frente al 5,1% de 2011; en Acerinox, el peso crece del 3,9% al 4,1%; en el
Sabadell, la ponderación aumenta del 2,6% al 7,2%; en el Santander pasan del
0,8% al 1,3%; en el BBVA, el salario del consejo ya se come el 0,8% del
beneficio frente al 0,4% de un año antes, y en Telefónica, el salto es aún más
significativo al pasar del 0,52% al 1,28%”.
Son cifras muy variadas. Nos llevan a la idea del
conocido alineamiento de intereses entre administradores y accionistas, que es
otra de las ideas más utilizadas y deformadas en cuestiones de retribución.
Madrid 8 de marzo de 2013