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jueves, 5 de diciembre de 2013

Gestores prudentes



Harán bien los gestores de multinacionales cotizadas en tomar nota del grado de investigación de los gastos corporativos que vienen promoviendo los accionistas en los principales mercados financieros. Viene esto a cuenta de una tan breve como ilustrativa noticia de esa tendencia que ofrecía el pasado fin de semana el Financial Times. La afectada era Tesco plc, una de las grandes cadenas de distribución internacional, a la que algunos accionistas reprochan –habría que decir que la crítica se dirige a sus principales ejecutivos- que mantenga una “flotilla” de aviones y que arriende una oficina en un barrio elegante de Londres. Lo de los aviones corporativos es una de las obsesiones en las críticas a las “ventajas” de los ejecutivos.


La crítica –habitual en no pocas multinacionales cuando la cotización bursátil o las cifras de negocio van mal- parte de una visión deliberadamente ignorante de lo que implica ser, precisamente, una “multinacional”. La presencia en distintos mercados exige constantes desplazamientos hacia y entre los mismos de los principales gestores, que se ve facilitada por el recurso a aviones propios de la compañía que, con frecuencia, implican un gesto similar al uso de líneas regulares. No parece razonable que para ahorrar en desplazamientos, se reduzcan los viajes de los ejecutivos responsables hacia esos mercados y se debilita la correspondiente supervisión de las filiales.

Cuestión distinta es que del razonable uso corporativo se pase a usos (y abusos) particulares de esos recursos que, como ya he recogido en otras entradas, motivaran reacciones airadas de los accionistas. Como también es una regla fundamental que, en tiempos de malos resultados, toda prudencia  en la administración de los bienes corporativos es poca. Sobre todo en cuestiones que, inevitablemente y de manera injusta en no pocos casos, se ven como un privilegio.

Madrid, 5 de diciembre de 2013