Hace algunos días se anunciaba por las
autoridades estadounidenses y británicas la imposición de importantes sanciones
a cinco grandes entidades de crédito por manipulación continuada de los tipos
de cambio de divisas (v. la crónica
en The Wall Street Journal). En coincidencia con esa noticia se produjo el anuncio
por la Comisión Europea de la negociación iniciada con los otros órganos
europeos con vistas a la regulación de los llamados índices financieros.
La Comisión parte de la enorme
importancia que esos índices tienen tanto para los consumidores de los que
dependen sus hipotecas o los retornos de sus inversiones financieras, como
también para las empresas teniendo en cuenta que muchas veces sobre la base de esos
índices se establece el precio de productos derivados.
Eliminar cualquier duda sobre las
posibilidades de manipulación o de fraude en torno a dichos índices financieros
es esencial y es lo que llevó a que la Comisión presentara en septiembre de
2013 un primer Reglamento y que, en estos momentos, inicie una profunda
negociación con vistas a llevar adelante
esa normativa.
Pocas cosas pueden minar más la
confianza en los mercados financieros y en sus integrantes que la constatación
de manipulaciones en sus índices básicos. Remito a lo que dije en una anterior entrada,
donde abordaba las irregularidades detectadas con respecto al interés
interbancario.
Madrid, 28 de mayo de 2015