En la entrada
que dediqué a comentar la salida del consejero delegado de Citibank me refería
a la importancia que podían llegar a tener las relaciones entre el presidente
del consejo y el primer ejecutivo. Como señalé y recuerdo, es uno de los
principios organizativos básicos del consejo que, a pesar de ello, encuentra en
la realidad de algunos mercados (como sucede con el español) una alternativa
tendente a que una misma persona ostente ambos puestos en no pocas entidades.
Al margen de lo mucho que puede
escribirse a favor o en contra de esa solución recomendada, Expansión recoge
hoy la traducción de una columna tomada del Financial
Times y con título expresivo: “Los presidentes ganan poder en los bancos”
(p. 16). Es un tema central en el gobierno corporativo. La tesis, con el
respaldo de los hechos, viene a ser que las consecuencias de la gestión por
parte de consejeros delegados “autoritarios”
ha llevado, como parte de su recuperación, a que en las entidades se nombre
como presidente a personas que, en función de su previa experiencia profesional
(con frecuencia desarrollada en la supervisión financiera), son un poder
alternativo al del consejero delegado.
Madrid, 19 de noviembre de 2012