El
seguimiento de la actividad legislativa que lleva a cabo nuestro Parlamento no
siempre permite entender cuáles son los intereses afectados por esa labor, de
manera que con independencia del protagonismo del Grupo parlamentario
proponente, puede conocerse si la atención preferente a alguno de esos
intereses ha estado en el origen de determinados proyectos legislativos. Por
eso resulta sorprendente, al menos para quien escribe estas líneas, la claridad
(¿transparencia?) con la que en otros Estados se hace visible la influencia de
ciertos intereses y de sus titulares sobre la actividad normativa. El caso más
conocido, como se habrá adivinado, es el estadounidense, cuyo Congreso es
objeto de un minucioso seguimiento en
las relaciones con grupos de influencia o lobbies.
The Washington
Post
publicaba hace unos días una crónica
que de forma nítida exponía la crisis que se había producido entre los
legisladores republicanos y algunos de sus grandes donantes pertenecientes a lo
que se describe habitualmente como The
Corporate America, al hilo de la tensión vivida en torno a la crisis de la
deuda y el correspondiente colapso presupuestario. Es llamativo que la Asociación
Bancaria haga importantes contribuciones a Congresistas y Senadores que votaron
a favor del incumplimiento de la obligación de reembolsar la deuda:
“The American Bankers Association gave more money over
the past two election cycles to GOP lawmakers who in effect voted to allow
the United States to default on its debt than those who voted against that
scenario.
The ABA contributed $2.2 million to lawmakers who
ultimately ignored the group’s warnings, second only to the Club for Growth and
just ahead of Koch Industries, both of which are leading sources of funds for
conservative candidates”.
Otro
tipo de influencia sobre la política procedente de ámbitos empresariales es la
que relatan los cronistas de las negociaciones que en Alemania vienen
desarrollándose para la formación de un nuevo gobierno. Determinados
condicionamientos legislativos del Partido Socialdemócrata para formar parte
del gobierno han merecido la inmediata reacción de las asociaciones
empresariales, solicitando a la actual y futura Canciller y a su partido que no
las incluyan en su agenda legislativa.
Ofrece una completa información de la situación la crónica
publicada en El País.
Madrid,
28 de octubre de 2013