Algunos años atrás, el debate en torno a la regla de “una acción, un voto” (en su abreviatura
inglesa, 1S1V) alcanzó una especial intensidad aunque, salvo error, no se
tradujo en propuesta o medida normativa concretas. El debate doctrinal alcanzó
también un gran interés (entre nosotros, v. un apunte en Fuentes Naharro, M.,
“Algunas consideraciones sobre el informe acerca del principio de
proporcionalidad entre propiedad y control en la Unión Europea”, RdS nº 29, 2007,
págs. 541-548). Aspectos ambos que pueden recobrar pujanza a la vista de los
casos como el que motiva una de las opiniones editoriales del Financial Times del pasado fin de semana
(v. “Rethinking equity after Alibaba”, Financial
Times, edición impresa, 28-29 de septiembre de 2013). El problema era y
sigue siendo el mismo. Fácil de enunciar (¿debe asegurarse en la legislación
societaria la proporción entre participación económica en el capital e
influencia “política” a partir del
mismo?), pero repleto de matices a favor
y en contra de cualquier opción.
El caso
parte de la salida a Bolsa de uno de los principales operadores chinos de
internet:
“This week Alibaba, the Chinese internet group, opted
to float in the US because the Hong Kong stock exchange would not bend its
rules to allow the company’s owners to control the equity, despite owning only
a minority of the shares. Most observers sided with the HK authorities while
condemning the US for engaging in a regulatory race to the bottom”.
Ante esa competencia regulatoria, el influyente diario advierte que la
conveniencia de facilitar la adaptación de las normas a supuestos como el
indicado pudieran aconsejar abandonar su posición a favor de la regla 1S1V:
“Nonetheless, the case has made the Financial Times
rethink its historic hostility to differential voting. While continuing to
believe that one-share, one-vote should be the norm, we acknowledge that there
may be a case for tolerating some differential voting structures”.
Algunos
apuntes hacia el futuro:
“To prevent ossification into mediocrity, structures
should have sunset clauses built into them, based either on fixed time limits
or the continued involvement of the key managers or owners. Investors could
then decide whether to afford protection, based on the quality of the insiders
and the business they seek to promote”.
Veremos si éste y
otros eventuales casos futuros similares puedan provocar una aproximación de
legislaciones que evite que ciertos mercados de valores se beneficien del
atractivo inherente a reconocer un distinto poder de decisión a unas u otras
acciones.
Madrid, 1 de
octubre de 2013