Como complemento de la entrada más
reciente que dediqué al tema de las OPVs, recomiendo la lectura de la crónica
de Tracy Alloway, del pasado 7 de septiembre en el Financial Times. Partiendo de la experiencia reciente de la que ha
sido una de las mayores OPVs en dicho mercado (la correspondiente a Facebook’s),
relata los problemas que está teniendo tanto la sociedad como sobre todo su
principal accionista. La OPV ha sido hasta ahora un desarrollo decepcionante. Hasta
el punto que Zuckerberg ha tenido que asumir un compromiso público de no venta
de sus acciones durante un periodo mínimo de un año. Se trata de hacer frente a
la vertiginosa bajada en la cotización de las acciones.
A partir de ese caso concreto, la columna
relata los problemas evidentes que está registrando el mercado de las OPVs en
Estados Unidos, en donde se dice que más de la mitad de las ofertas han
provocado que a los 30 días de la salida a Bolsa, las acciones
ya estén cotizando por debajo del precio de salida, con lo que estaríamos ante
un supuesto generalizado de sobreprecio de estas operaciones. Esas y otras
circunstancias han provocado una cierta desconfianza hacia las ofertas públicas
de venta, que han visto como se producía en apenas 10 años una sustancial
reducción de su número. Indica la autora que frente a las 539 operaciones que
en 2001 se realizaron, las OPVs apenas han llegado a 128 el año pasado.
Más allá de lo que es la evolución de
las acciones, la regulación de las OPVs tiene que ser capaz de conciliar la
tutela de los inversores con lo que es una de las finalidades fundamentales de
esas operaciones: facilitar el acceso a recursos financieros a empresas que
inician su actividad y que desean ampliar su financiación para seguir creciendo.
Desde este punto de vista es donde se subraya que el fracaso de las OPVs puede
tener a medio y largo plazo una incidencia negativa para la economía
estadounidense. Se menciona la aprobación de la Jobs Act y los informes que ha llevado a cabo la SEC sobre la
aplicación de esta Ley y la permanente búsqueda de medidas técnicas en cuanto a
la negociación de las acciones a partir de la OPV como una de las claves para
superar esa atonía actual que presentan las OPVs también en Estados Unidos.
Si nos trasladamos a nuestros
mercados, parece que el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) mantiene su
actividad, sobre todo al acoger la salida a Bolsa de empresas biotecnológicas.
La evolución de las acciones, según recogía Expansión en su edición impresa del
pasado 12 de septiembre de 2012 (p. 8), no parece, sin embargo positiva:
“La carrera en bolsa de las biotecnológicas no ha
sido del todo positiva desde su estreno en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB),
ya que en las cinco compañías que cotizan actualmente no han conseguido
revalorizarse. De media, han perdido alrededor de un 30% de su
capitalización bursátil. La firma que peor ha evolucionado es Euroespes. En
febrero de 2011, sus acciones valían 2,92 euros, mientras que ahora se sitúan
en torno a un euro, lo que supone una caída del 65%. El grupo que menos se ha
dejado en bolsa es Bionaturis, que ha pasado de cotizar a 2.30 euros en enero a
rondar los 2.15 euros. De las otras dieciséis sociedades del MAP, que no son
biotecnológicas, sólo cuatro han logrado revalorizar sus títulos. La mayor
subida la ha protagonizado la tecnológica Gowex, que comenzó cotizando a 4,28
euros y ahora sus acciones valen más de 6,8 euros”.
Madrid, 14 de septiembre de 2012